martes, 1 de octubre de 2013


Tip Nº 17

Nos preguntamos junto con Green, ¿permanece intacto el núcleo del análisis clásico, la neurosis? La neurosis considerada antaño el dominio de lo irracional, hoy se contemplaría más bien bajo el signo de una triple coherencia: neurosis infantil, neurosis adulta, neurosis de transferencia. El análisis de la transferencia domina en ella y, por medio del análisis de las resistencias, sus nudos se desanudan casi por sí mismos. El análisis de la contratransferencia se puede limitar al registro de los elementos conflictuales presentes en el analista, desfavorables para el desarrollo de la transferencia. El rol del analista es anónimo e intercambiable. Así como el objeto es, entre todos los componentes de la pulsión, el más fácilmente sustituible, de igual manera su papel permanece desdibujado tanto en la técnica como en la teoría. La metapsicología que de esto resulta remite a un individuo capaz de moverse solo, con el auxilio limitado del objeto (el analista) en el cual se apuntala, sin duda, pero sin perderse nunca en él ni perderlo.

Tip Nº 18

El modelo implícito de la neurosis en Freud se funda en la perversión, la neurosis como negativo de la perversión. Hoy cabe afirmar que se duda de este punto de vista. El modelo implícito de la neurosis y de la perversión se funda en la psicosis. Esta evolución se esboza ya en la última parte de la obra de Freud. En consecuencia los analistas oyen hoy, en la neurosis, menos los fantasmas perversos que la psicosis subyacente. No se trata de decir que toda neurosis se inscribe sobre una psicosis subyacente, sino que nos interesan menos los fantasmas perversos de los neuróticos que los mecanismos de defensa psicóticos (funcionamiento mental, ahora la atención está dirigida a los orígenes del psiquismo).

Tip Nº 19

Actualmente se escucha otra cosa antaño inaudible. Esto lleva a decir a algunos autores que el análisis de una neurosis no está terminado mientras no se haya alcanzado ese estrato, aunque sea de manera superficial. Actualmente la presencia de un núcleo psicótico hace retroceder menos a un analista, si parece movilizable, que unas defensas rígidas y fijadas. Cuando por fin se tiene acceso al núcleo psicótico, se cae sobre lo que hay que Green llama la locura privada del paciente. Posiblemente esa sea una de las razones por las cuales el interés se desplaza hoy hacia los estados no-neuróticos.

Tip Nº 20

Green llamará “estados fronterizos” no para designar una variedad clínica, sino como un concepto clínico genérico susceptible de dividirse en una multiplicidad de aspectos. Tal vez lo mejor sea considerarlos como “estados fronterizos de la analizabilidad”. Lo que caracteriza a estos cuadros clínicos es la falta de estructuración y de organización, esto no sólo en relación a la neurosis sino también a la psicosis. En ellos, al contrario de lo que ocurre en la neurosis, comprobamos: la ausencia de una neurosis infantil (dificultades en la historización, vacíos de recuerdo, trastornos en los procesos representacionales), el carácter polimorfo de la “neurosis” adulta y la vaguedad de la “neurosis” de transferencia.

Tip Nº 21

Frente a este estado de cosas, podemos decir que el campo psicoanalítico contemporáneo oscila entre dos extremos:
·         uno, es el caso, en que no se desencadena el proceso analítico en una situación analítica que empero ha sido aceptada, y la transferencia es nonata a pesar de los esfuerzos del analista en facilitar, y aun provocar, su manifestación (“el antianalizando en análisis” – J.McDougall). El analista se siente paralizado, atrapado del sistema de objetos momificados de su paciente, incapaz de hacer nacer en este una mínima curiosidad por sí mismo. El analista está en situación de exclusión objetal. Las tentativas de interpretación son consideradas como la locura del analista, lo que pronto conduce a desinvestir al paciente y a la inercia en el seting analítico.

·         En el otro extremo, están aquellos pacientes que demandan una dependencia absoluta al objeto, con tendencia a la regresión fusional, van de la beatitud al terror y de la omnipotencia a la impotencia total. Muestran un relajamiento asociativo extremo, una vaguedad de pensamiento, una manifestación somática intempestiva, como si el paciente tratara de comunicar por medio de un cuerpo a cuerpo o por una atmósfera analítica pesada y oprimente. Aquí lo que demanda del analista es algo más que sus capacidades afectivas y su empatía; es, de hecho, su funcionamiento mental, por que las formaciones de sentido han sido puestas fuera de circuito en el paciente. Es en estos casos donde la contratransferencia recibe su significación más amplia.

Todos estos tips han sido extraído del artículo 
 "La revisión  del modelo de la neurosis y el modelo implícito de los estados fronterizos"
del libro "De locuras Privadas"